Letreros
En la biblioteca hay mucho que leer, incluso los letreros. En la nuestra existen varios, uno de ellos reproduce uno muy famoso, la Cédula de Excomunión que aún se puede ver en la Biblioteca Antigua de la Universidad de Salamanca y que advierte que se excomulgará a quien robe algún libro de la biblioteca.
La desaparición -por decirlo de alguna manera- de libros en una biblioteca es una práctica, desgraciadamente, muy habitual. En la Edad Media fué tan frecuente que los monjes, que eran los guardianes de las bibliotecas, tuvieron que solicitar al Papa de Roma que tomara cartas en el asunto y diera una solución al problema que empezaba a ser "gordo", tan gordo como los libros de las bibliotecas medievales por lo que parece increible que se pudieran robar libros tan grandes. El 14 de noviembre del año 1568 el Papa Pío V establece un decreto por el que se excomula a los ladrones de libros. A partir de entonces las bibliotecas muestran una copia de este decreto, llamado Cédula de Excomunión, en un lugar bien visible para advertir y evitar tentaciones.
Nuestra biblioteca también padece la visita de los amigos de lo ajeno y también expone la correspondiente advertencia. Pero ahora ademas del hurto de libros en la biblioteca se producen hurtos digitales y también es necesario advertir y excomulgar, sólo que ahora quien excomulga no está en Roma sino en Washington y también tiene su Cédula de Excomunión, la puedes ver aquí.
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